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Pregúntale a CryptoVantage: ¿Sobrevivirían las criptomonedas si EE.UU., Reino Unido y China las prohibieran?

Aunque las criptomonedas han explotado como pólvora, la criptocomunidad sabe que los gobiernos no comparten necesariamente su mismo entusiasmo. Esto resulta evidente en sus reacciones, las cuales van desde prohibiciones absolutas y monedas digitales de Banco Central (CBDC) para competir con las criptomonedas hasta lo que pareciera completas arremetidas en nombre del control normativo.

¿Quién sabe si estos gobiernos realmente prohibirán las criptomonedas? No es descabellado. Por ejemplo, ahora se acusa al gobierno de Estados Unidos de «silenciosamente tratar de prohibir las criptomonedas» mediante «delimitaciones», así como «cortar su conectividad con el sistema bancario».

Al contrario de la opinión popular, que poderosos gobiernos prohíban las criptomonedas no tiene necesariamente que ser un golpe dramático, apocalíptico y decisivo a la industria. También podría ser un asunto dañino, en el cual un día nos levantamos y solo queda una mera cáscara de la industria.

No obstante, ¿qué pasaría con la criptoindustria si poderosos gobiernos como los de EE.UU., Reino Unido o China implementaran cualquier forma de prohibición? ¿Sobreviviría?

Prohibición de criptomonedas

Las defensas inherentes de las criptomonedas

Una de las funciones principales de las criptomonedas es su descentralización. Una moneda como Bitcoin, por ejemplo, existe y opera entre pares (P2P). Una red de participantes, llamados nodos y esparcidos por todo el mundo, actúa como «el dueño».

A diferencia de establecimientos financieros tradicionales como los bancos, es difícil apuntarle a Bitcoin porque no cuenta con una oficina o una persona en específico a la cabeza. Como tal, no cuenta con un único punto de fallo o interruptor de corte, lo cual dificulta su interrupción.

Ciertamente, intentar prohibir la red de Bitcoin en sí sería una tarea casi imposible. Se necesitaría un esfuerzo masivo y coordinado para asaltar la mayoría de sus nodos, lo que es tan caro como podría ser inútil. Los apasionados de las criptomonedas afirman que esta resistencia inherente a la censura convierte a Bitcoin en resistente a la misma.

Si los gobiernos planean prohibir Bitcoin, tendrían que apuntarle a la infraestructura que la respalda. Esto incluiría intercambios y vías de entrada fíat, minería, actividades de financiación (tales como capitales de riesgo, ofertas iniciales de monedas (en inglés, ICO), ventas de tókenes, etc.), y casi todo lo que se relaciona con las criptomonedas. Tales acciones sin duda golpearían al ecosistema de las criptomonedas.

¿Sobrevivirían las criptomonedas a una prohibición?

En este escenario, surgen dos posibles resultados: o la industria colapsa completamente o se desarrolla en mercados subterráneos dentro de los países prohibidos mientras que florece en otros. Exploremos estas posibilidades más detalladamente:

La completa desaparición de la industria

Aunque el escenario es poco probable, aún vale la pena examinarlo porque Estados Unidos, Reino Unido y China tienen mucha influencia económica, así como poder geopolítico, junto con una base usuaria fuerte y apasionada con las criptomonedas.

Por lo tanto, prohibir las criptomonedas causaría una interrupción masiva en el mercado: baja liquidez, pérdida de sentimiento inversor, la caída en picada de los precios y, en general, un espacio difícil en el cual operar. Sin embargo, gracias a la naturaleza descentralizada de las criptomonedas, la industria no sería aniquilada.

Las criptomonedas en el mundo subterráneo

Como muestra la historia, intentar prohibir ítems o tecnologías puede tener el efecto contrario. En las criptomonedas, un ejemplo de este fenómeno es cuando China prohibió la minería de criptomonedas. A pesar de esto, la minería local de criptomonedas resurgiría después y convertiría a China en uno de los destinos de minería más grandes, incluso ante las potenciales consecuencias para los mineros en el régimen represor.

Otro ejemplo es cuando el banco central de Nigeria prohibió Bitcoin, y los ciudadanos giraron hacia los intercambios P2P. El patrón recurrente es claro: las criptomonedas consistentemente encuentran formas de sobrevivir, a pesar de los esfuerzos represores.

La idea de gobiernos que intenten restringir un sistema monetario descentralizado y sin fronteras, el cual brinda a las personas la opción de evitar el dinero fíat, controlado por el gobierno, solo recalcaría su necesidad por el mismo.

Es por eso que si países como EE.UU., Reino Unido y China prohibieran las criptomonedas, solo llevarían a la industria a la clandestinidad. Los apasionados a las criptomonedas desafiarían la prohibición y se dirigirían a la dark web o al mercado negro. Estas redes subterráneas facilitarían el intercambio entre pares, así como la transferencia y el almacenamiento de criptomonedas, lo que daría surgimiento a una criptoeconomía paralela.

Dentro de esta economía paralela, es probable que también veamos un incremento en el uso de servicios de mejoramiento de la privacidad, como mezcladores. Los mezcladores de criptomonedas son tecnologías que «mezclan» las monedas de los usuarios, lo que dificulta saber el origen o el dueño de la transacción. Las mezcladoras ofuscan las transacciones de criptomonedas, lo cual preserva su anonimato.

La resiliencia global de las criptomonedas

Aún más, en caso de tal prohibición, las criptomonedas sobrevivirían y florecerían en otros países.

África, por ejemplo, ha surgido como un líder global en la adopción de criptomonedas, pues sus ciudadanos encuentran alivio en estas de los férreos controles de capital, altos costos de las remesas y la devaluación de las monedas locales. De igual forma, ciudadanos venezolanos y argentinos han puesto sus ojos en las criptomonedas como una manera de mantener estabilidad financiera en medio de condiciones económicas turbulentas.

Además, el uso de las criptomonedas se está convirtiendo en algo común en países impactados por las sanciones estadounidenses, como Irán, Corea del Norte, y Venezuela. Estas naciones han recurrido a las criptomonedas para mitigar la fuerza de estas sanciones.

La adopción de Bitcoin como moneda legal en El Salvador y en la República Centroafricana prueba también que el potencial y los usos de caso de las criptomonedas trascienden a los países poderosos.

Incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) parece haber cambiado de opinión sobre las criptomonedas, al afirmar recientemente en un reporte que prohibir las criptomonedas «podría no ser eficaz a largo plazo» pues, alrededor del mundo, los ciudadanos tienen necesidades digitales no satisfechas.

Reflexiones finales: Último sobreviviente

Las criptomonedas no solo sobrevivirían ante una prohibición por parte de un grupo formidable de naciones, sino que florecería. Las ingeniosas cualidades de las criptomonedas como la descentralización y resistencia a la censura le permiten aguantar los caprichos de cualquier gobierno.

Y no son solo estas cualidades técnicas lo que las hace resilientes, sino también la forma en que empodera individuos y comunidades en todas partes, lo cual atrae apasionados devotos.

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Hope Mutie

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Hope Mutie

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